Medellín acaba de inaugurar su sede para la Cuarta Revolución Industrial, único en América Latina, que pone a la capital antioqueña a la altura de ciudades como Tokio, Beijin y San Francisco que también cuentan con esta distinción.
Pero, ¿qué es un centro para la Cuarta Revolución Industrial?
Una buena manera de ilustrar sus funciones, es diciendo justamente lo que no es. Algunos ejemplos: allí no se desarrollará ni fabricará tecnología alguna, no se diseñarán nuevos productos mecánicos y no funcionará como consultor u operador de asuntos tecnológicos. También es pertinente resaltar que no se trata de un evento ni de la consolidación de una nueva empresa.
Así las cosas, un centro para la Industria 4.0 es un espacio de cooperación y de búsqueda de estrategias que permitan aplicar de manera rápida y eficiente los servicios de la tecnología a la resolución de problemáticas sociales o del mejoramiento de las dinámicas de vida. Esto incluye el desarrollo de políticas públicas para implementar estos cambios, y por encima de todo, velar porque cualquier desarrollo tecnológico se aplique siempre en beneficio social.
Como lo explica el Foro Económico Mundial en su página web, los centros para la Cuarta Revolución Industrial tienen como misión “maximizar los beneficios sociales y disminuir el riesgo del avance de la ciencia y la tecnología”.
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Así, el centro para la Cuarta Revolución Industrial reúne actores del gobierno, la empresa privada, desarrolladores, la sociedad civil, la academia y las organizaciones internacionales. Entre todos identifican los impactos que puedan tener el desarrollo de tecnologías en el ámbito humano con el fin de dirigir el avance tecnológico siempre hacia el bienestar humano y de las comunidades.
Caso de drones que salvan vidas
Uno de los casos más de exitosos es el de Ruanda, país africano caracterizado por su geografía montañosa. Allí, el sistema de salud registraba un problema debido a la demora en la repartición de medicinas, vacunas y bolsas de sangre, lo que se traducía en la muerte de muchas personas.
En 2016, el gobierno ruandés adquirió drones para mejorar las entregas de sangre en las zonas más alejadas. El resultado fue el esperado, los aparatos voladores llegaron a todo el territorio nacional, agilizando las donaciones del líquido y evitando el desperdicio del mismo.
Este caso puso en contacto a esta nación con el World Economic Forum. De esta manera, Ruanda creó políticas nacionales para la utilización de estos dispositivos aéreos no pilotados, aumentando su capacidad para brindar soluciones y permitiendo que las empresas que realizan este tipo de desarrollos tecnológicos aumenten su productividad.
Aplicación ética de las tecnologías, prioridad de los centros
Los desarrollos tecnológicos logran su sentido humanitario cuando pueden ponerse al servicio de la mejora de las condiciones de vida, como el caso de los drones en Ruanda. Por esto, una de las misiones de los centros para la Cuarta Revolución Industrial es velar porque la tecnología siempre esté al servicio del bienestar humano.
El trabajo en red, bajo la lógica de cooperación, permite que los centros para la Industrial 4.0 articulen el conocimiento. Por ejemplo, un caso exitoso en una capital asiática podría servir como referente para una ciudad latinoamericana que tenga un problema similar.
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La sede de Medellín
Los centros para la Cuarta Revolución Industrial se encuentran distribuidos estratégicamente por todo el planeta. La inmersión en cada uno de los contextos demanda funciones diferentes.
En Medellín, este espacio se enfocará en crear marcos legales y políticas públicas para acompañar a Colombia y a los países latinoamericanos en la ejecución de proyectos que basen su desarrollo en la implementación de tecnologías asociadas a la Cuarta Revolución Industrial: blockchain, Internet de las Cosas e Inteligencia Artificial.
Por Alexandra García Torres
